Equinoccio de Primavera

21 de marzo

La Naturaleza renace después del largo letargo invernal. La Sacerdotisa entrega la vara al Sacerdote, y los participantes saltan alegres sobre el fuego, frente al altar adornado con flores. 

"Encendemos hoy este fuego
en presencia de los Santos,
sin malicia, sin celos, sin envidia,
sin miedo a nada que esté bajo el Sol,
salvo los Altos Dioses.
Te invocamos, oh, Luz de Vida;
sé una llama brillante ante nosotros,
sé una estrella guía sobre nosotros,
sé un suave sendero delante de nosotros.
Enciende dentro de nuestros corazones
una llama de amor a nuestros vecinos,
a nuestros enemigos, a nuestros amigos,
a todo nuestro prójimo:
a todos los hombres sobre la ancha tierra.
Oh, compasivo hijo de Cerridwen.
Desde la cosa más baja que vive
hasta el Nombre más alto de todos.
"
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