
Nostradamus
Vida y legado de Michel de Nostredame


Michel de Nostredame, conocido universalmente como Nostradamus, nació el jueves, 14 de diciembre de 1503, en la localidad francesa de Saint-Rémy-de-Provence. Sus padres fueron el notario Jacques de Nostredame y Renée de Saint-Rémy. Su abuelo paterno, médico de profesión, había ejercido en la corte del conde René de Provenza, que era también rey de rey de Jerusalén y de Sicilia. Por su parte, su abuelo materno, que fue quien inició a Nostradamus en los secretos de la Astrología, ejerció también como médico en la corte del duque Jean de Calabria, hijo del conde René de Provenza.
Nostradamus cursó estudios de Letras y Humanidades en Aviñón, de donde pasó a la Universidad de Montpellier con el propósito de convertirse en médico. A la edad de 22 años, empezó a ejercer su profesión, con ocasión de una plaga de peste que se extendió por Narbona, Toulouse y Burdeos. Cuatro años después, regresó a Montpellier, donde obtuvo el título de doctor. Tras una breve estancia en Toulouse, llegó a la ciudad de Agen, a orillas del río Garona. Allí conoció al erudito y mecenas Julio César Scaliger, a quien le unió durante años una gran amistad.

En esta misma época se casó con una joven de la alta sociedad, con quien tuvo dos hijos, un niño y una niña. La fatalidad quiso que el joven Nostradamus se quedase viudo y perdiera también a sus hijos, tras lo cual se trasladó definitivamente a su Provenza natal.
En primer lugar, se instaló en Aix-en-Provence, donde ostentó durante tres años un cargo público en el parlamento regional. Posteriormente, se asentó en la cercana localidad de Salon, donde contrajo matrimonio por segunda vez. Aquí inició la redacción de sus principales obras proféticas, entre ellas, Las Centurias, que guardó en secreto durante años.

Sin embargo, los rumores sobre la existencia de dicha obra hicieron que el propio rey de Francia, Enrique II, deseara conocer personalmente a Nostradamus. En 1556, se produjo tan deseado encuentro, en el que el astrólogo anunció al monarca varios acontecimientos de gran importancia. Como agradecimiento a tan singulares servicios, en 1564, Carlos IX cursó una visita de cortesía a Nostradamus durante una gira por las principales ciudades de Francia y lo nombró consejero real.
Por entonces, Nostradamus se encontraba gravemente aquejado de gota y artritis. Falleció durante la madrugada del 2 de julio de 1566, a la edad de 62 años, seis meses y 17 días, en el mismo momento que él había anticipado años antes. Sobre su tumba, se escribió, en latín, el siguiente epitafio: Aquí descansan los restos mortales del ilustrísimo Michel de Nostradamus, el único hombre digno, a juicio de todos los mortales, de escribir con pluma casi divina, bajo la influencia de los astros, el futuro del mundo.
